Fuente: infonegocios.biz
(Por Francisco Marques) Como un sueño adolescente hecho realidad, la idea de unos jóvenes músicos de conectar artistas con shows en vivo se convirtió en una especie de incubadora que impulsa a creadores e intérpretes en todas las etapas de su carrera: desde la grabación de su primer sencillo hasta la distribución en Spotify.
Agustín Calvo, Diego Abreu y Agustín Ferreyra son los directores de este emprendimiento que nació en 2017 como una plataforma online donde, por un lado, los artistas pueden subir su material para darse a conocer; y por otro, salas, productoras y empresas encuentran actos para sus eventos.
“La idea fue armar una productora que se concentre en el ciclo completo de la vida del artista, ya que cuando uno empieza no sabe por donde arrancar. Detectamos un nicho en los artistas emergentes, y nuestro objetivo es ayudarlos en su crecimiento y proveerlos de todo lo que necesitan”, asegura Calvo.
La plataforma cuenta con más de 2.500 usuarios registrados, y si bien la pandemia obligó a relegar el área de shows en vivo, se convirtió en una oportunidad para pasar al próximo nivel e inaugurar su propio estudio de grabación.
El estudio de WannaClap cuenta con una sala de 60 m2 y tecnología para grabar en más de 50 canales (una capacidad para grabar hasta una orquesta sinfónica), una inversión que en total demandó US$ 500.000.
Aquí se realiza desde la grabación inicial y producción de una canción hasta la mezcla y masterización. El ciclo se cierra con la distribución en Spotify, Youtube, Deezer y demás plataformas digitales.
Algunos de los artistas que pasaron por el estudio son El Reja, De la Planta, Meri Deal, Dinamita Pereda y Horacio Thove. La empresa incluso lanzó Bone, un sello propio junto a Bautista Mascia (cantante del grupo Toco Para Vos) dedicado a la música mainstream. La idea es ir armando nuevos sellos para cada género, todo bajo el paraguas de WannaClap.
“Más que un estudio, lo que buscamos es crear un lugar donde los artistas se puedan desarrollar en su conjunto. Primero conseguirles toques, pero también ayudarlos a componer, grabar y producir. Hacemos énfasis en que esto no sea un estudio frío sino una especie de campus, un lugar de encuentro e intercambio entre músicos”, asegura Abreu.
Si bien los artistas constituyen su público natural, el proyecto también apunta al sector audiovisual. Ya grabaron la música para documentales, publicidades y videojuegos, y el próximo paso es incursionar en películas y series. Con ese objetivo están incorporando un sistema de mezcla 5.1 que les permitirá producir sonido para este rubro.
Pero si bien el mercado local ofrece oportunidades, la mira de WannaClap también apunta al exterior. La plataforma de shows en vivo está diseñada para funcionar en cualquier país de la región, y el mismo espíritu internacional se aplica al estudio. De hecho, en un ejemplo de las posibilidades de la globalización, actualmente están trabajando junto a la productora Gretha Media en la música de un documental filmado en Uganda.
Otro objetivo para los próximos meses es incursionar en la formación, a través de videos y contenidos que subirán a la plataforma. Estos no serán en un formato academia o clases de instrumentos, sino más bien workshops basados en la experiencia de artistas.
“Lo que buscamos con esta inversión es que WannaClap no sea visto solo como una plataforma de shows en vivo o un estudio, sino como como una incubadora que ayuda al artista. Queremos conectar a todos los actores vinculados a la música y convertirnos en un referente a nivel internacional”, concluyen los directores.